Se empieza a poner en práctica en estos días el “Patio de los gentiles”, una metáfora usada por Benedicto XVI para subrayar la necesidad de diálogo entre creyentes y no creyentes. (Personalmente, el nombre no me entusiasma, pero eso es muy secundario). La prensa se está haciendo eco con interés de la propuesta y de su manifestación en La Sorbona de París (por ejemplo, Le Monde, Corriere della Sera).
En este contexto, me han interesado mucho las consideraciones que Jack Valero, uno de los promotores de “Catholic Voices”, hace en Thinking Faith. Se pregunta si ese tipo de diálogo tiene sentido, cuando se sabe que es muy difícil que ninguna de las dos partes cambie de actitud. Valero cuenta la experiencia de estos meses de actividad de “Catholic Voices” y de las reuniones que han mantenidos con grupos de ateos organizados. Es significativo que al final de esas sesiones un representante de cada una de las partes sintetice los planteamientos expuestos por la otra parte.
Mi conclusión es que ese diálogo no es en absoluto una pérdida de tiempo. Cuanto menos, se evitan crispaciones y caricaturizar la postura del adversario (que aparece con un rostro y no como una entidad anónima). Naturalmente, hace falta buena voluntad por ambas partes. De ahí que me parezca excelente el slogan de “Catholic Voices” en esas ocasiones: “Light, not heat” -iluminar, no acalorar; “witnessing, not winning” –testimoniar, no avasallar.
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