Hace unos meses, el diario romano La Repubblica informaba de que un ex hacker que trabajaba en el Vaticano había desaparecido misteriosamente. Este “ingeniero del Papa”, de 36 años, era uno de los que tiempo atrás habían conseguido entrar en la red informática del Vaticano, razón por la cual el propio Vaticano –“con una magnanimidad equivalente a la astucia”- en vez de perseguirlo decidió contratarlo para que mejorara la protección de la red (“Una red que, dicen los expertos, es similar e incluso superior a la que los servicios secretos americano tienen en Langley, Virginia, sede de la CIA”).
La historia del ex hacker, continuaba el periodista, “es uno de los secretos mejor custodiados del Vaticano”. Recordaba, además, que este ingeniero tenía acceso a la información más reservada de la Santa Sede (incluidas las cuenta corrientes cifradas del IOR), ya que era el “único que sabía cómo entrar en la red, pues poseía la password del data-base que había creado, considerado inexpugnable”.
El caso del ex hacker, en efecto, es una de esas historias asombrosas que produce el Vaticano. Una historia verdaderamente fascinante que presentaba, sin embargo, un pequeño problema: era totalmente falsa.
Ayer, hoy y supongo que seguirá en los próximos días, el diario romano está publicando –de cara al cónclave- informaciones sobre luchas de poder, sexo y dinero en el Vaticano. Se refiere al informe reservado encargado por el Papa a los tres cardenales a propósito del caso de “Vatileaks”. Aunque es otro tema, el esquema es el mismo que el usado en la historia del hacker: no hay ninguna fuente y ningún dato concreto. Es decir, no hay periodismo, sino ficción (añadiría, barata).
El problema es que esos graves agujeros profesionales se difuminan cuando periódicos de otros países se hacen eco de lo publicado por La Repubblica. En esos casos, lo que es una elucubración se convierte en noticia. “La Repubblica desvela un informe secreto solicitado por Ratzinger”, escribe hoy el madrileño El País. “El documento revela la lucha por el poder, el dinero e incluso el sexo en el Vaticano”, añade. Y al pobre lector, que ha pagado por el periódico, o ha gastado tiempo en la página web, le venden una mentira y una calumnia sin dejarle siquiera espacio para la sospecha.
Bueno, al principio el asunto de SU PADRE espiritual (espero no tenga Ud. problema en negar su paternidad), Marcial Maciel, también supuestamente era una ficción, una mentira mediática, ansías de ciertas personas de perjudicar la Iglesia y obtener indemnizaciones, etc...
No le dispare al mensajero. Puesto en términos de “La Imitación de Cristo”: no te fijes tanto quien lo dice sino cuanto dice.
Publicado por: . | 22/02/2013 en 06:10 p.m.
Siento desilusionarte, pero pienso que te equivocas de persona.
Si en las primeras informaciones sobre el padre Maciel había fuentes y datos, desde luego son muy diferentes a estas, pues carecen de fuentes y datos. Es una cuestión de periodismo standard, nada más.
Publicado por: Diego Contreras (blogger) | 22/02/2013 en 09:15 p.m.
El problema del Vaticano no es el lobby gay sino el pederasta. http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2011/11/otro-obispo-catolico-irlandes.html
Publicado por: ateo | 23/02/2013 en 11:27 a.m.
Habría que preguntarle al autor si es católico romano. Realmente la lectura se torna cada vez más importante para no "tragarse" todo lo que leemos y escuchamos, haya sido a este artículo, al ex presidente Chávez o al papa...
Me daría la impresión de que el autor niega todo y esa no sería una buena forma de proteger su iglesia. Para protegerla habría que corregir "errores" o pecados....
Publicado por: Maricruz González | 06/03/2013 en 06:11 p.m.
Maricruz, no entiendo muy bien lo que quieres decir, pero estoy totalmente de acuerdo en que lo primero es corregir lo que va mal. Corregir, no inventar. Me parece que Benedicto XVI ha sido ejemplar en esto. Un saludo
Publicado por: Diego Contreras [blogger] | 06/03/2013 en 07:30 p.m.