Sin duda, el mejor intérprete de los motivos que han inducido a Benedicto XVI a la renuncia es el mismo Papa. Ya lo dijo claramente en su discurso en latín ante los cardenales reunidos en Roma el pasado lunes (traducción española). Hoy, en la audiencia general, primera aparición pública tras el anuncio, lo ha subrayado de nuevo, como recoge este video de Rome Reports (en la segunda parte de esta entrada está la transcripción de sus palabras).
Naturalmente, son muy sugestivas las hipótesis y elucubraciones sobre presuntos complot y guerras de poder en el Vaticano, como elementos que han influido en la decisión del Papa. Algunos títulos de crónicas y análisis así lo sugieren. Sucede, sin embargo, que esos textos no ofrecen ningún dato que pueda sufragar esa lectura. Por esta razón me ha parecido particularmente interesante la opinión del cardenal que presidió la comisión encargada por el Papa para investigar el “Vatileaks”. En una entrevista publicada hoy en El Mundo, el cardenal Herranz dice entre otras cosas: “comprendo que se puedan hacer hipótesis, cábalas, me parece razonable. Pero viendo la situación desde dentro como la veo yo, habiendo compartido con el Papa encuentros de trabajo hasta hace sólo unos días, no me parece que sea ésa la razón”.
Un poco antes había mostrado su admiración por el gesto del Papa: "Santa Teresa decía que la humildad era la verdad, y Benedicto XVI ha dicho muy claramente que por su avanzada edad no tiene fuerzas para ocuparse adecuadamente de ser pastor de la Iglesia universal y que su vigor en los últimos meses ha disminuido. Reconocer humildemente esos límites humanos ante la opinión pública mundial es un gesto de amor a la verdad, a la verdad sobre sí mismo, algo que no es fácil. Sólo hay que ver el apego a los cargos y la alta estima de sí mismos que tienen muchas personas".
Es curioso, pero a veces resulta dificil aceptar que otros actúen con transparencia. Para Benedicto XVI, la transparencia es una expresión de la verdad y no una táctica cosmética. Así lo ha mostrado también durante los momentos más dolorosos de su pontificado, en especial ante la crisis de los abusos.
"Como sabéis, he decidido (aplausos) – gracias por vuestra simpatía –, he decidido renunciar al ministerio que el Señor me ha confiado el 19 de abril de 2005. Lo he hecho con plena libertad por el bien de la Iglesia, tras haber orado durante mucho tiempo y haber examinado mi conciencia ante Dios, muy consciente de la importancia de este acto, pero consciente al mismo tiempo de no estar ya en condiciones de desempeñar el ministerio petrino con la fuerza que éste requiere. Me sostiene y me ilumina la certeza de que la Iglesia es de Cristo, que no dejará de guiarla y cuidarla. Agradezco a todos el amor y la plegaria con que me habéis acompañado. Gracias. En estos días nada fáciles para mí, he sentido casi físicamente la fuerza que me da la oración, el amor de la Iglesia, vuestra oración. Seguid rezando por mí, por la Iglesia, por el próximo Papa. El Señor nos guiará".
Diego, por favor, me gustaría contactar contigo. Mi mail es [email protected]
Un abrazo
darío
Publicado por: darío | 14/02/2013 en 12:35 p.m.