La historia ya ha aparecido en muchos periódicos, pero vale la pena resumirla: Michelle Stepney pensó que había tenido un aborto espontáneo. Sin embargo, el diagnóstico de los médicos del Royal Marsden Hospital, de Londres, fue diferente: estaba embarazada de gemelos... pero tenía también un cáncer cervical. La enfermedad se descubrió en su estado inicial gracias a la presencia de los gemelos, de lo contrario se hubiera detectado ya demasiado tarde.
Michelle, madre de un niño de cinco años, decidió aceptar sólo un tratamiento ligero de quimioterapia que no pusiera en peligro la vida de la pareja de niñas que esperaba. Lo que no podía imaginar es que cuando las sentía patear en su interior, las activas gemelas estaban haciendo algo más que acreditar su presencia. Según los médicos, Alice y Harriet estaban literalmente arrinconando el cáncer a patadas.
Cuando las dos vieron la luz del día estaban rebosantes de salud, a pesar de la falta de cabellos por los efectos secundarios de la quimioterapia. A las pocas semanas, la madre se sometió a una intervención quirúrgica. Hoy, un año después, las tres están en perfecto estado. El "Cancer Research" británico ha concedido a Michelle el "Women Courage Award", que premia a quien hace algo meritorio. Mientras tanto, ella sostiene: “Un día contaré a mis hijas cómo salvaron la vida de su madre”.
No conocía tu blog... y ha sido un hallazgo. Este post es muy valioso. Coincidimos en muchas cosas. Felicidades por lo que estás haciendo... te agrego en mi blog y en mi lector de RSS.
Publicado por: jordi | 13/02/2008 en 09:19 p.m.