Está claro que para Benedicto XVI el criterio de la “popularidad” o de la “oportunidad” mediática no es el más importante a la hora de tomar una decisión. Lo ha vuelto a demostrar al anunciar el sábado el decreto de “virtudes heroicas” de Pío XII, un paso esencial en el camino a los altares del Papa Pacelli (ahora solo falta el reconocimiento de un milagro). El anuncio del decreto referido a Juan Pablo II era algo previsto y esperado, pero el de Pío XII fue una sorpresa. El Papa sabia que le lloverían abundantes criticas por esa decisión. Y así fue (aunque, a decir verdad, han sido menos de las que yo me esperaba).
“El silencio ha existido, es indudable. Pero no era el silencio de quien tiene miedo, o peor aun de quien es cómplice o simpatizante del nazismo: es la sufrida decisión, religiosa mas que política, de quien siente el deber de salvar el mayor numero de vidas posibles. Fue Pío XII quien dispuso que la Iglesia, los monasterios, escondieran a tantos hebreos. Pacelli, anticomunista, llego incluso a convencer a los católicos americanos de la necesidad de que Estados Unidos se aliase con Stalin contra Hitler. En el caso de que los nazis le hubieran deportado, había establecido que la regencia de la Iglesia fuera al arzobispo de Palermo, liberada por los Aliados. Su figura pertenece a la historia, los documentos disponibles son innumerables y llegaran otros”.
Esta noticia ha llenado esta Navidad de mucha alegría porque estos dos Hombres de Dios y Santos sacerdotes han sido reconocidos en sus virtudes teólogales. Ahora se hace necesario conocer más y mejor las vidas de estos hombres en especial Pio XII para purificarla de cuanta falsedad se pretende tejer en su contra.
Publicado por: Heston | 27/12/2009 en 09:59 p.m.